Al gozar la belleza turquesa del río Kathun, se siente su vibración de paz.
Lago Akhem y Monte Beluxa
Lago Akhem y Monte Beluxa
El río Kathun, azul turquesa
Río glaciar Kucherla
Río Kucherla
Río Kucherla
Altai
Río Kathun
Arcoiris Doble
En pleno bosque de Altai. Ahí no hay carretera para llegar fuimos a campo traviesa.
Río Kathun. Junto a la Ermita de San Sergio
En 1990 vine por primera vez a Altai-Rusia, aceptando una noble misión: Fundar un lugar sagrado con la Bandera de la Paz en el Monte Beluxa.
Llevé tierra sagrada de México de las pirámides en Teotihuacán, Palenque, Monte Albán y el Volcán Popocatépetl, que me había entregado Don Antonio Velasco Piña, del lugar donde había nacido la Dakini Regina.
Una vez en el monte Beluxa y en presencia de la Bandera de la Paz, la revolví con tierra sagrada de India y la de Rusia, en señal de hermandad entre todos los pueblos de la tierra y desde allí, el símbolo Sagrado de la Bandera se ha convertido en un faro de paz, tratando de compensar la negatividad vivida desde hace tiempo en nuestro Mundo. Labor difícil, pero no imposible si cada ser Humano toma su responsabilidad.
Altai, es uno de los lugares más puros del planeta. En pocos lugares del mundo, se encuentra tan alta frecuencia vibratoria. Hace años, parecía una fortaleza inexpugnable, para aquellos que no habían alcanzado cierta altura espiritual. Hoy día es diferente y docenas de turistas curiosos, llegan a sus laderas.
Es difícil explicar como se siente uno en el lago Akhem, viendo las nieves del Monte Beluxa. Es una mezcla de sentimientos reales con otros de planos superiores…
Río Kucherla, ascendiendo al Monte Beluxa
Pero algo sucede, que te conviertes en mejor persona cuando has vivido esas altas vibraciones. Ya se podrán imaginar, la alegría y satisfacción espiritual que sentía, al haberme escogido para fundar un lugar sagrado en el Monte Beluxa, con la Bandera de la Paz.
Mi alma se sentía expandida, capaz de sentir las elevadas energías de mis guías espirituales y así fue…Una de las cosas que mas me impresionó en aquella ocasión de Altai, aparte de la espiritual experiencia vivida junto al lago Akhem, fue el cielo tachoneado por miles de estrellas.
La noche del 24 de Agosto del 2018, en el cielo, solo le veía la luna y la constelación de Orión, que con su impresionante resplandor, se veía a simple vista. Un verdadero regalo para mi alma.
Es la segunda vez, que me ha tocado ver este prodigio en el cielo de Altai. En esta ocasión, la jornada mística, empezó en Biysk, a la que tuve el honor de nominar Ciudad de Paz.(Ver artículo)
Desde esta Ciudad que ha conservado su casco antiguo, como en siglos pasados, partió el ilustre artista iniciador de la Bandera de la Paz, Nicholas Roerich hacia su expedición de Asia, por Gornoi Altai, Ux Koksa y Upper Uimon, donde tuve el honor de entregar la Bandera de la Paz para el magnífico Museo Roerich de Novosibirsk, en la casa Museo donde pernoctaron los Roerich, casi un mes.
Por carretera, desde Biysk continuamos hacia Chiposh, a casa de mis amados Valentina y Vladimir, junto al mágico río Kathun, cuyas fotografías les comparto y donde tuve la oportunidad de gozar la energía maravillosa de ese río azul turquesa.
Nuestra jornada continuó hacia Chendek, desde donde parten muchas de las peregrinaciones hacia el Monte Beluxa. Allí, el típico coro ruso de Uymon Valley, vestidos a la usanza típica, me recibió con una calurosa recepción de bellos cánticos, que me hizo muy feliz.
Continuamos la jornada, con la visita a la yurta de mi querida amiga Zoya, (foto) quien mostrándonos la yurta, nos contó cosas interesantísimas de la historia de Altai, y de las mujeres guerreras, que para ser aceptadas, debían subirse a un caballo a galope.
Si podían, eran aceptadas como mujeres guerreras (cuya foto adjunto) y si no eran capaces de subirse al caballo galopando, entonces, se les permitía casarse y tener hijos. También me comento Zoya, que la diferencia entre las yurtas de Mongolia y Altai, es que estas ultimas están hechas de madera y las de Mongolia eran plegables, puesto que eran nómadas.
En este maravilloso entorno, continuaré en casa de mi querido Guardián espiritual, Vlad Monastyirski y una temporada en Chendek, rodeada de Montañas sagradas, para luego, llena de esta mágica energía, llevar la Bandera de la Paz, a otros continentes.
Alicia Rodríguez
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Alicia junto al río Kathun
Chiposh
Exterior Yurta
Mujer guerrera, pintada por Zoya
Magnífico coro de Uymon Valley, Altai, da la bienvenida a Siberia, con bellas canciones típicas
Alicia con su gran amiga Nadia Garbarenko, participante del coro
Museo Roerich de Upper Uymon
Museo Roerich de Upper Uymon
Exterior Yurta
Alicia con Zoya, la dueña de la Yurta
Alicia con uno de los vestidos y gorro, confeccionados por Zoya
Alicia con Zoya y nuestra Coordinadora en Altai, Svetlana
Interior de la yurta
Interior de la yurta
Una flor para Zoya. ¡Hasta pronto!
Paisajes de Altai
Paisajes de Altai
Paisajes de Altai
Paisajes de Altai
Paisajes de Altai
Fotos de Alicia Rodríguez, Tomadas por Igor y Elena
Agradecimientos
A mi amado Maestro Nicholas Roerich, con mi más profundo agradecimiento, por haberme escogido para la misión, de llevar la Bandera de la Paz por el Mundo.
A Daniel Entin (QEPD) Director del Museo Roerich de New York, por haberme mandado este mensaje, que ha llegado al alma.
A Liudmila Shaposhnikova (QEPD) por llamarme «La discípula predilecta del Maestro Roerich»